Accion de la Fraternidad
Problemas sociales a los que responde.
1. Pobreza del adulto mayor.
Un importante porcentaje del sector poblacional de los adultos mayores vive en extrema pobreza. Sus necesidades materiales básicas no se satisfacen, tales como casa, comida y vestido. Son estas necesidades materiales básicas en las que Los Hermanos del Anciano trabajan para satisfacerlas en sus beneficiarios de una manera definitiva. Esto es, que desde su ingreso a la fraternidad, hasta que fallecen, la institución se compromete con cada uno de ellos a que no le falte dónde dormir, dónde y qué comer, así como vestimenta digna y amable compañía.
2. Marginación y abandono del adulto mayor.
Actualmente, muchos adultos mayores viven en el espacio familiar, pero marginados de la dinámica de la familia. Con las supuestas razones de que ‘todos trabajan’, que ‘todos están muy ocupados’, que ‘nadie los puede atender’ o, siquiera acompañarlos; cada día hay más adultos mayores que están completamente solos y marginados de la dinámica familiar y social.
Los adultos mayores que la institución atiende han vivido las duras experiencias de marginación y abandono. Por tal razón se comprometen con ellos para que tengan un espacio físico para vivir y un ambiente armónico y cálido donde puedan hacerlo con dignidad y seguridad hasta el último día de su vida.
3. Salud física del adulto mayor.
Es natural que entre más edad tenga el adulto mayor más susceptible se vuelve a enfermedades, sobre todo crónico-degenerativas. Los Hermanos del Anciano están convencidos que ‘vejez no es sinónimo de enfermedad’.
Esta convicción los hace trabajar en el aspecto médico y de salud física de sus beneficiarios, logrando excelentes resultados. El anciano experimenta salud y bienestar físicos acordes a su edad y condición.
4. Salud emocional del adulto mayor. Desafortunadamente, cada día crece el número de personas que tienen una idea equivocada del significado y sentido de la vejez en el ser humano, empezando con los mismos adultos mayores. Esto provoca en ellos, estrés, desánimo, depresión e incluso, desprecio por su persona y por la vida misma.
Trabajar y valorar la inteligencia y experiencias emocionales de los adultos mayores es un elemento esencial y prioritario en la atención que la institución brinda. Esto se hace para ayudar a que los adultos maduren su identidad como personas mayores y gocen de salud y estabilidad emocional y puedan disfrutar de manera plena esta última etapa de la vida humana, a la que han tenido la suerte de llegar.